Anotaciones Empíricas, de Ocurrencia Esporádica y Naturaleza Ecléctica

Le presento el correo electrónico

¡El correo electrónico es una maravilla y lo amo!, te permite enviar y recibir mensajes, además de aquello, puedes adjuntar un documento. ¡Es grandioso y perfecto!.

Pero hoy por hoy existe un terrible problema con el uso del correo electrónico, se llama: Inmediatez.

  • Las personas asumen que usted está al otro lado, presionando el «check mail» a cada segundo de su vida,
  • las personas asumen que usted está disponible en tiempo real para usted,
  • las personas hacen la asociación de: Correo es igual a chat ó (poniéndonos actuales): Correo es igual a twitter.

¡Error!, ¡falso!, ¡fantasioso!, ¡vano! y con todo el respeto que usted me merece: ¡una presunción ignorante!.

El correo electrónico es una comunicación asincrónica, es decir, los interlocutores NO comparten el mismo tiempo y tampoco el mismo espacio, en consecuencia la relación no es inmediata, ¡lindo ¿no?!.

Usted puede estar redactando un correo ahora mismo y enviarlo, pero no sabe en que momento del tiempo ni en que lugar su receptor leeré aquel mensaje. Esto le otorga a usted (el receptor del mensaje):

  • La libertad de leer cuando lo estime conveniente.
  • La libertad de responder cuando lo estime conveniente.
  • La libertad de trabajar.

¡Libertad!, ¿se dio cuenta?, el correo electrónico es una forma de comunicación que respeta y otorga libertades, ¿me entiende ahora porqué amo el correo electrónico?.

Aunque usted no lo crea, habemos personas que planificamos el día a día y la única forma de avanzar en nuestra labor diaria es seguir nuestro hoja de ruta, porque de lo contrario no somos productivos, no generamos dinero y no sobrevivimos (lo se, me puse dramático, pero se entiende ¿no?).

¿Le suena familiar?:

Oye, te mandé un correo, respóndeme

¡Hey!, espera un segundo, ¿por qué debería responderte en el acto?, ¿y que ocurre con mi trabajo?, ¿lo estás respetando?, yo entiendo que estés apurado, pero usted debe entender que yo también tengo cosas que hacer. Y en este momento lo que estoy haciendo es más importante que atener tu mensaje, ¿capiche?.

¡Emergencia absoluta, la única personas en el mundo que puede solucionar mi problema eres tú!, ¡es urgente!

Si esa es la situación, entonces no uses el correo, llame por teléfono.